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NECESITO PERDERME

Ultimátum

Me senté en el borde de algún lado sin darme cuenta. No sé si era un precipicio o un puerto. Perdí el oeste, no encontraba el norte. Me mantuve firme unos meses con las piernas colgando, sentado al borde del agua salada. Hasta que hace un par de días escuche un rumor inaudible y las gaviotas me gritaban tal que chirríos de portones. No entendí nada, por desazón miré a un lado. Recordé aquel instante casi un año atrás. Un buen hombre me vendió un barquito protegido por una botella. Lucía el sol, y mirándole, me pregunté si sería capaz de lanzar la botella al mar y ver cómo se hundía.



Abandoné el barco en la orilla.

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